Estos estudios permiten conocer los casos nuevos de una enfermedad o problema en un grupo o comunidad, en un cierto período.
Para conocer la ocurrencia de casos nuevos, en una población o muestra, el evento a medir debe estar claramente definido y debe efectuarse una vigilancia o seguimiento de éste a lo largo del tiempo, lo que no siempre resulta fácil de efectuar.
La vigilancia será más o menos factible según características propias del evento, de la población en estudio -su estabilidad, límites geográficos, interés en el estudio- y de la colaboración de los centros de pesquisa.
Otro elemento importante a considerar es la frecuencia del evento en estudio. Cuando es poco frecuente, se necesita vigilar una población muy grande para obtener resultados o efectuar observaciones por prolongados periodos de tiempo.
La medida de frecuencia de la enfermedad es la incidencia acumulada y la densidad de incidencia (es la incidencia medida teniendo en cuenta la duración de la observación en distintos individuos)
Las incidencias calculadas son bastante precisas para enfermedades con criterios diagnósticos precisos o muy seguros, como es el caso de algunas enfermedades infecciosas transmisibles.
En aquellos cuadros o situaciones donde es difícil pasar de caso sospechoso a caso confirmado según criterios laboratoriales, clínicos y/o epidemiológicos, no es tan fácil realizar estimaciones de incidencia. Por esto, los criterios diagnósticos precisos son necesarios.
Es un estudio realizado a lo largo de un período de tiempo, suficientemente largo para que se desarrolle la enfermedad de estudio. Se cuantifican solamente los casos nuevos de la enfermedad estudiada y las variables de interés o factores de riesgo relacionados con ella.
Para enfermedades infecciosas el periodo de estudio es corto, aunque las variaciones temporales estacionales, anuales o polianuales hacen que los períodos de estudio sean un poco más largos.
Para enfermedades crónicas (cáncer, enfermedades neurológicas degenerativas, otras) los períodos de seguimiento son más prolongados (p. ej.: décadas)
Los estudios de incidencia y prevalencia constituyen la fase inicial de la investigación causal, o sea, es el primer eslabón que se coloca cuando se intenta establecer una relación causa-efecto entre un factor de riesgo y una enfermedad.
Cuando un proceso de estudio es desconocido, se necesita identificar las características de su desarrollo en las personas y es, precisamente, la descripción del mismo lo que determina el conocimiento de los grupos de riesgo.
Esta caracterización de la población elegida como referencia se centra en tres variables fundamentales: persona, tiempo y lugar
Persona: identificar variables que permiten el conocimiento de las personas en la población diana.
Entre ellas se encuentran: edad, sexo, raza, etnia, clase social, ocupación, religión, estado civil, estilos de vida.
Tiempo: momento en la ocurrencia de la enfermedad, pues estos estudios comparan la frecuencia de la enfermedad actual y años atrás. Es importante la historia natural de la enfermedad o situación de salud en la comunidad y la variación estacionaria de la misma.
Lugar: donde ocurre la enfermedad geográficamente, sus límites o demarcaciones, pues existe variación de la enfermedad entre países, regiones, localidades; así como, entre sectores urbanos y rurales.
Las medidas de frecuencia más empleadas en los estudios descriptivos y, por tanto, en los de incidencia y prevalencia son la frecuencia absoluta, razón, proporción y tasas.
La tasa constituye un concepto más complicado, pues incorpora una idea dinámica del proceso de enfermar de la población a lo largo del tiempo. En este tipo de estudio el análisis del proceso salud enfermedad gira alrededor de dos indicadores, la incidencia y la prevalencia.
El término incidencia significa in sensu stricto. Los estudios de incidencia son los que cuantifican la ocurrencia de casos nuevos que se producen de una determinada enfermedad, problema de salud o característica en cierto periodo de tiempo y para una población específica en riesgo.
El hecho de operar sobre casos nuevos le imprime el carácter dinámico. La incidencia suele expresarse como el resultado de: número de casos nuevos en un período de tiempo / Población total en riesgo x una potencia de 10 (100; 1 000; 10 000 o 100 000 personas).
Los estudios de incidencia forman parte del eje de clasificación de los estudios observacionales descriptivos. Esta condición significa que están destinados a la descripción de variables en un grupo de personas por un período variable de tiempo, sin incluir el grupo control, o sea, a la “descripción de las características generales de la distribución de una enfermedad o situación de salud”, particularmente en relación a las personas, lugares y tiempo.
Producción original elaborada por: GARCÍA, Elina E. Magíster en Educación Médica. En el marco del desempeño docente en Metodología de la Investigación en la UNICEN.