Estudios de Cohortes en Investigación Epidemiológica

El término cohorte se utiliza para designar a un grupo de sujetos con una característica o conjunto de características en común (generalmente la expo­sición al factor de estudio), que son seguidos en el transcurso del tiempo (longitudinales) Puede tratarse de un grupo profesional; de portadores de una característica genética; personas que hayan padecido una exposición determinada o residentes en una comunidad definida geográficamente. Por ej.: personas que trabajan en una determinada industria;  mujeres tratadas por cáncer de cuello de útero o adultos mayor tras infarto de miocardio; los habitantes de una comunidad específica por su longevidad, otros.

Algunas cohortes seleccionan a individuos de los que se espera un alto grado de colaboración para minimizar las pérdidas y aumentar la calidad de los datos recogidos. Es el caso de la cohorte de enfermeras de la Universidad de Harvard o la cohorte de voluntarios de la Sociedad Americana del Cáncer. Existen cohortes que fueron establecidas hace años y que mantienen un seguimiento regular de sus miembros. Aunque en su día fueron diseñadas para un estudio concreto, normalmente con el paso del tiempo sus usos se van ampliando y llegan a ser una valiosa fuente de datos para múltiples enfermedades.

Otras cohortes que se han utilizado son las llamadas históricas. Por ej.: supervivientes a la bomba atómica de Hiroshima.

Un estudio de cohortes es un diseño observacional analítico longitudinal (prospectivo o retrospectivo), en el que se comparan dos cohortes que difieren por su exposición al factor de estudio para evaluar una posible relación causa-efecto.

Si en un estudio se sigue una cohorte con la única fina­lidad de estimar la incidencia con que aparece un determinado problema de salud (desenlace o efecto), o describir su evolución, se trata de un diseño descrip­tivo longitudinal.

En un estudio de cohortes, los individuos, todos ellos inicialmente sin la enfermedad o problema de salud de interés, se cla­sifican en función de su exposición o no al o los facto­res de riesgo en estudio; son seguidos durante un período de tiempo, comparando la frecuencia con que aparece el efecto o respuesta entre los expuestos y entre los no expuestos.

El diseño de un estudio de cohortes supone la separación de un conjunto de sujetos en dos grupos según se consideren expuestos o no expuestos al factor que se pretende estudiar. Estos dos grupos de individuos o cohortes son seguidos a lo largo del tiempo hasta que desarrollen la enfermedad o estado de salud que constituye el evento en estudio.

El término “estudio de cohorte” se emplea casi exclusivamente para referirse a un estudio observacional.

Para evaluar si la exposición a un factor está asociada a un determinado estado de salud, se compara la incidencia del evento en las dos cohortes (expuestos y no expuestos) a lo largo de un tiempo. Por ejemplo, si se pretende estudiar la asociación entre hemorragia digestiva alta y antiinflamatorios no esteroides, compararíamos la incidencia de hemorragia digestiva alta en la cohorte expuesta a antiinflamatorios no esteroides con la incidencia en la cohorte de los no expuestos. Esta comparación puede ser en términos absolutos (diferencia de tasas de incidencia) o en términos relativos (razón de las tasas de incidencia o riesgo relativo).

En determinados casos, la exposición a un factor es variable a lo largo del tiempo. Cuando esto ocurre, una persona puede estar expuesta durante un período para luego dejar de estarlo o viceversa; éste es el caso típico del consumo de medicamentos. El concepto que se introduce es el de persona/tiempo, pero en función de la finalidad de este trabajo, se considera oportuno no ingresar en estos aspectos que podrían complejizar la comprensión del tipo de estudio.

Tipos de Estudios de Cohortes

Según la relación cronológica entre el inicio del estu­dio v el desarrollo de la enfermedad de interés, los estudios de cohortes se pueden clasificar como prospectivos y retrospectivos.

En un estudio prospectivo, el investiga­dor comienza con un grupo de sujetos presuntamen­te libres de la enfermedad de interés, los clasifica en expuestos o no a un posible factor de riesgo y los sigue durante un tiempo para determinar, por ejemplo, las tasas (de incidencia del desenlace de interés o de mor­talidad en ambos grupos.

El carácter prospectivo signi­fica que el investigador recopila la información sobre la exposición cuando se inicia el estudio, e identifica los nuevos casos de la enfermedad o las defunciones que se producen a partir de ese momento.

En los estudios retrospectivos de cohortes tanto la exposición como la enfermedad ya han ocurrido cuando se lleva a cabo el estudio.

La identificación de las cohortes expuesta y no expuesta se apoya en su situación en una fecha previa bien definida. Por ej.: la fecha de inicio de una exposición laboral, su­ficientemente lejos en el tiempo para que la enferme­dad en estudio haya tenido tiempo de desarrollarse. En algunas circunstancias, los estudios pueden ser retro-prospectivos en los que se recogen datos retros­pectiva y prospectivamente en una misma cohorte.

Los estudios retrospectivos se pueden llevar a cabo más rápida y económicamente, ya que tanto la exposi­ción como la enfermedad ya han ocurrido cuando se inicia el estudio, pero dependen de la existencia de registros adecuados. Si los datos son incompletos o no son comparables para todos los sujetos del estudio, éste carecerá de validez. Además, en muchas ocasio­nes la información sobre factores de confusión no está disponible.

En cambio, en los estudios prospectivos, la información se recoge directamente de los individuos mediante cuestionarios y/o examen físico, lo que facili­ta que los datos sean de mayor calidad.

Los estudios de cohortes también pueden clasifi­carse según si utilizan, como grupo de comparación, una cohorte interna o una cohorte externa. Cuando se estudia una sola cohorte general (p. ej.: los resi­dentes en un área geográfica determinada, como es el caso de los habitantes de una comunidad específica por su longevidad,), pueden distin­guirse dos cohortes internas como consecuencia de la clasificación de los sujetos de la cohorte general en expuestos y no expuestos.

En otras situaciones, no existe una cohorte general bien definida, sino que la cohorte expuesta se ha definido por su alta frecuencia de exposición, como, por ejemplo, trabajadores de determinadas indus­trias. En estos casos, se utiliza una cohorte de com­paración externa, formada por un grupo de sujetos no expuestos al factor de estudio, que son seguidos simultáneamente a la cohorte expuesta.

En estos estudios, dado que el propósito principal es analítico (estudiar la relación entre una presunta causa y una enfermedad), la consideración más importante es la comparabilidad de las cohortes expuesta y no expuesta, así como asegurar que la muestra contenga un número suficiente de sujetos con las características predictoras más importantes y un número suficiente de desenlaces observados durante el estudio, a fin de permitir un análisis válido.

Estimaciones que pueden realizarse en los estudios de cohortes

Los estudios de cohortes son longitudinales en los que existe seguimiento de sujetos, por lo que permi­ten realizar las siguientes estimaciones:

  • Incidencia de la enfermedad en los sujetos expues­tos y en los no expuestos.
  • En los individuos expuestos permite estimar la inci­dencia según diferentes características de la expo­sición: intensidad, diferentes períodos de tiempo, diversas combinaciones de los factores de ries­go, etc.
  • Riesgo relativo como medida de la magnitud de la asociación entre el factor de riesgo y la variable de respuesta, que estima el riesgo de presentar la res­puesta de los sujetos expuestos en relación a los no expuestos.
  • Riesgo relativo, según diferentes características de la  exposición.
  • Fracción o proporción atribuible o proporción de casos de una enfermedad que resulta de la exposi­ción a un factor determinado o a una combinación de ellos
  • Diferencia de incidencias como medida del impac­to potencial que tendría la eliminación de la expo­sición.

Ventajas de los estudios de cohortes

  • Permiten el cálculo directo de las tasas de incidencia en las cohortes expuesta y no expuesta, y del riesgo relativo de los expuestos en relación a los no expuestos.
  • Aseguran una adecuada secuencia temporal (la exposición al factor de estudio precede a la aparición del desenlace)
  • En los diseños prospectivos se minimizan los errores en la medición de la exposición.
  • Permiten evaluar los efectos del factor de riesgo sobre varias enfermedades

Desventajas de los estudios de cohortes

  • No son eficientes para el estudio de enfermedades poco frecuentes.
  • No son eficientes para el estudio de enfermedades con un largo período de latencia.
  • Los estudios prospectivos suelen ser de larga duración.
  • Requieren un número elevado de participantes.
  • Los estudios prospectivos tienen un costo elevado.

Producción original elaborada por: GARCÍA, Elina E. Magíster en Educación Médica en el marco del desempeño docente en la UNICEN. 

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