El Linfoma de Hodgkin es una patología silenciosa que requiere el desafío de su detección temprana para lograr un índice de éxito en su tratamiento que alcanza el 90%.
El linfoma de Hodgkin es una forma de cáncer que afecta al sistema linfático, una parte crucial del sistema inmunológico. Aunque esta enfermedad es seria, su tratamiento tiene una alta tasa de éxito cuando se detecta en etapas tempranas. La Asociación Civil Linfomas de Argentina (ACLA) subraya la importancia de reconocer ciertos signos que pueden manifestarse de manera precoz y que el paciente se puede dar cuenta.
En el linfoma de Hodgkin, las células linfáticas se desarrollan de manera anormal y pueden propagarse rápidamente por el cuerpo. Este cáncer se clasifica en dos categorías principales: el linfoma de Hodgkin clásico, que comprende el 95% de los casos, y el linfoma de Hodgkin de predominio linfocítico nodular. Las causas incluyen alteraciones genéticas en las células encargadas de combatir infecciones, lo que provoca una proliferación incontrolada de células anormales.
Cada año, se diagnostican en el mundo 2,5 casos de linfoma de Hodgkin por cada 100 mil habitantes. En Argentina, esta cifra se traduce en aproximadamente 1.000 nuevos casos anuales. Afecta principalmente a hombres de 20 a 40 años y a mayores de 55 años, con factores de riesgo adicionales y antecedentes familiares de linfomas.
Los síntomas del linfoma de Hodgkin incluyen el agrandamiento indoloro de ganglios linfáticos, pérdida de peso, sudoración nocturna, fiebres inexplicables, fatiga, falta de energía, pérdida de apetito, tos persistente, picazón en todo el cuerpo, sensación de falta de aire e infecciones recurrentes. Sin embargo, el 60% de los pacientes no suele presentar síntomas al momento del diagnóstico, lo que marca la necesidad de estar atentos y realizar chequeos médicos regulares.
El diagnóstico se realiza mediante biopsias de ganglios linfáticos y médula ósea, análisis de sangre y pruebas de imagen. La realización periódica de los análisis de sangre e imágenes, que pueden dar los primeros indicios para el diagnóstico del Linfoma deHodgkin. El 60% de los casos se diagnostican sin presentar signos evidentes.
El tratamiento depende de múltiples factores, como el tipo y la etapa del linfoma, así como la edad y el estado de salud general del paciente. Entre las opciones están la quimioterapia, radioterapia, inmunoterapia y, en algunos casos, el trasplante de médula ósea. Este trasplante puede ser alogénico, utilizando células madre de un donante compatible, o autólogo, usando las células del propio paciente. La elección del tipo de trasplante depende del diagnóstico, la respuesta al tratamiento y la disponibilidad de un donante. Cuando es necesario un trasplante alogénico, el donante puede ser familiar o no familiar, siendo este último identificado a través del registro mundial de médula ósea.
Si el linfoma de Hodgkin se detecta en una fase temprana, el índice de éxito en su tratamiento alcanza el 90%. Por este motivo, ACLA lleva a cabo actividades de concientización y charlas educativas para aumentar el conocimiento sobre esta enfermedad.
Artículo realizado sobre la base de material elaborado por la Asociación Civil Linfomas Argentina (ACLA)
Gentileza de María Noelia Marcone – Sinergia Public Relations – 15-3558-1799 – noelia@sinergiapr.com.ar