¿A cuántas personas afecta el Síndrome de Piernas Inquietas?
“Estudios poblacionales estiman que alrededor del 7 % de los adultos entre 20 y 79 años presentan Síndrome de Piernas Inquietas (SPI), con mayor prevalencia en mujeres. Si bien no todos los casos son graves, la cifra ilustra la magnitud del problema de salud pública. En Argentina, no contamos con un estudio nacional reciente (últimos 5 años) sobre prevalencia en población general, así que las mejores referencias locales siguen siendo series puntuales (previas a 2015) y trabajos metodológicos”, destaca el Dr. Guillermo J. Díaz Livadiotis, médico neurólogo (M.N. 99873), Titular de la materia Neurología de la carrera de Medicina de la sede Santo Tomé de Fundación Barceló (Corrientes), y comenta que “un estudio realizado en la Ciudad de Buenos Aires validó un cuestionario y reportó una prevalencia del 20,2 % por encuesta y 17,1% tras la confirmación clínica en una muestra institucional (no extrapolable al país)”.
Es por esto que una aproximación razonable y como referencia en la región de las Américas es igual al 7 % de los adultos, con variabilidad por edad, sexo y comorbilidades. Ese valor es coherente con la evidencia internacional reciente y útil para el planeamiento sanitario mientras se generan datos locales.
El SPI no es raro. Alrededor de 1 de cada 14 adultos podría cumplir criterios en la población general. La forma clínicamente significativa (síntomas frecuentes/moderados-graves) es una fracción menor, pero sustantiva.
Mujeres mayores, embarazadas, personas con diabetes o depresión, y pacientes en diálisis concentran mayor riesgo: conviene pesquisarlo activamente en estos grupos en consultorio y en programas de sueño/nefrología.
¿Por qué aparece?
La ciencia ha avanzado mucho en dos líneas complementarias:
Hierro cerebral y dopamina. El SPI se vincula con una deficiencia de hierro a nivel del sistema nervioso central y con Disfunción de la dopamina. Esto explica por qué ciertos fármacos que potencian la Señal de la dopamina alivian los síntomas y por qué la corrección del estado de hierro puede ser decisiva.
Genética. A nivel molecular, en 2024 un meta-análisis genómico de gran escala identificó más de 150 loci (punto dentro del gen) de riesgo para SPI, consolidando y ampliando de forma notable el mapa genético de la enfermedad. Estos hallazgos ayudan a comprender vías biológicas implicadas y abren la puerta a terapias dirigidas en el futuro.
“Existen formas secundarias del SPI, asociadas a deficiencia de hierro periférico, insuficiencia renal, embarazo y ciertos fármacos (antihistamínicos de primera generación, algunos antidepresivos y antipsicóticos), entre otros. Identificar y tratar estas causas es tan importante como aliviar los síntomas”, explicó El Dr. Díaz.
¿Qué puede hacer hoy una persona con este síndrome?
- Consultar: si los síntomas se ajustan al patrón URGE/URGE, vale la pena una evaluación médica. Este patrón es el núcleo del SPI, describiendo la combinación de una necesidad imperiosa de moverse y sensaciones incómodas en las piernas que se agravan con la inactividad y mejoran con el movimiento, provocando no solo malestar físico, sino que también interrumpe el sueño y afecta la energía y el bienestar general durante el día.
- Buscar causas corregibles: pedir estudios de hierro (ferritina y saturación de transferrina) y revisar medicaciones que puedan empeorar el cuadro. (Journal of Clinical Sleep Medicine)
- Hábitos: mantener horarios regulares de sueño, ejercicio moderado, evitar cafeína, alcohol y nicotina por la tarde-noche.
- Tratamiento personalizado: en casos leves, medidas conductuales pueden bastar. En casos moderados a severos, el médico valorará suplementación con hierro y fármacos como gabapentinoides, para reducir la liberación de neurotransmisores excitatorios.
- Situaciones especiales: en embarazo, el manejo se centra en corregir hierro y medidas no farmacológicas; la mayoría de los síntomas ceden tras el parto. (PubMed: recurso gratuito que apoya la búsqueda y recuperación de literatura biomédica y de ciencias biológicas con el objetivo de mejorar la salud, tanto a nivel global como personal)
“El SPI tiene nombre y tratamiento. Reconocerlo a tiempo evita años de mal dormir, cansancio y frustración. En este 23 de septiembre, [Día Internacional del Síndrome de Piernas Inquietas] recordemos que consultar por los síntomas nocturnos en las piernas es un gesto simple que puede cambiar la vida de un paciente”, cerró el Dr. Díaz.